domingo, 23 de octubre de 2011

Comodiosmanda.

“Llueve, y yo te extraño como no te puedo extrañar. Como algo que se muere, como una flor seca en un libro que agarro del estante y al abrirlo cae de una página cualquiera, sin tierra, sin raíz, sin pasto, sin origen; como buscar desesperadamente la pagina, rastrearla con desesperanza; la flor yaciendo en el piso olvidada y después acordarse porque ,claro, la desesperanza, y agarrar la flor seca y volver a dormirla en la página.

No sé si es peor la lluvia, o yo te extraño, o como no te puedo extrañar. Quizás lluvia y te extraño y no te puedo se conjugan, se formulan, se resuelven, se resultan; uno sin el otro quizás pierdan sustancia, pierdan peor y por ende razón, tan necesaria porque por ejemplo, la lluvia sin extrañarte sería mejor que esta tan insistente en garuar ausencia; o yo te extraño sin la lluvia sería una luna que no me sirve. Y si te pudiera extrañar, hacerlo mientras la lluvia sería grato al lado de lo peor que puede ser la lluvia, que te extrañe o que no pueda hacerlo.”

(Pero cómo te gustan las cursilerías, che. Además de algunas violaciones a derechos de autor, sh)

De manera que ayer me vino el sueño después de pensar en esa fórmula casi absoluta (como si el casi no anulara el absoluto y viceversa, como si ese solo hecho no bastara para que dude seriamente de la existencia de fórmulas en estos mis planteos) y hoy, más despierta, más avispada (si, pinchazos, aguijones de realidad con insomnio y para colmo con escasez de cigarrillos) estaba en extrañarte como no te puedo extrañar y de repente la lluvia, así, de modo automáticamente inoportuno, irónicamente matemático en estos mis planteos.

Entonces, o me quedo parada frente a la ventana con la cortina apretada en mi mano, prolongando la perplejidad por unos instantes, de esos que abundan en imágenes que traspasan las leyes de la cinética y del tiempo que requiere ordenar tanto embrollo de la mejor forma o, para no aceptarlo como un sinsentido, como lo mas inútil y perecedero que me puede estar pasando, largo la cortina y me vengo a mirar el papel entre conmovida y divertida. Me divierten las cosas que vienen a exaltar estados de ánimo, a profundizarlos; en realidad me divierte encontrarlas, dedicarme a darles mucha importancia a ellas pero sobre todo al estado de ánimo en cuestión. Hoy fue todo perfecto, un día lluvioso para un humor atormentado. Mis tormentas y mis soles tienen la mayoría de las veces más autoridad que el servicio meteorológico y puedo considerarme a veces toda una alquimista. Que ayer me haya planteado qué era peor, hoy me divierte, y si a eso le sumamos que me ponga a escribir después de poner el jazz de fondo, ¿qué más puedo hacer que sonreír y sentirme afortunada?

Contestar que nada es una doble obviedad. Si vamos a estar tristes que sea comodiosmanda, todo a tono y combinado, según esa moda que nunca pasa de moda; si vamos a estar tristes es porque ya no podemos hacer nada, más que sonreír y sentirnos afortunados de que en cada lágrima, cada gota en la ventana, cada acorde rompe alma, podemos reivindicar la tristeza, hacerla hermosa, vi-vir-la, porque aunque no sea la primera, nunca se sabe si será la última.

martes, 17 de agosto de 2010

(Yo): - Quién es el más boludooooooo??????!!!!!!!

(Alejo): - Yoooo....noooooo

(Delfi): - Sí Ale, vos sos el más boludo.

(Alejo): - Eeeh, qué te pasa guacha, por qué me decís eso?

(Delfi): Y, porque sí, Sofi y yo somos boludas

lunes, 9 de agosto de 2010

Esa

Anoche pensaba y pensaba y llegué, al fin, a preguntarme, ¿cómo es que todavía no me han mandado a la mierda?. Eso tiene una respuesta lógica y fácil, por eso fui más lejos. ¿Cuándo y cómo fue que dejé de ser esa chica? Hubo un quiebre en algún lugar, un punto en el cual esa chica dejó de estar siempre para pasar a estar de a ratos.
Por ese entonces no tenía a nadie a quién mandar a la mierda como ahora veo que algunas de las personas que me rodean podrían hacerlo tranquilamente.
Atino presurosamente a "cuidar" a la gente de "sufrir" antes de querer; de que exceda los límites de la cautela por irse de mambo con la pasión. De entregarse plenamente sin medir consecuencias sobre sí misma. Sobre su corazón, sobre su alma. Me he descubierto cortando alas y agarrando pies, plantándolos sobre la tierra, creyendo que así se protege algo.
Y detrás de un dejo de tristeza han venido recuerdos plenos; una voz diciéndome "llamálo, se va, se te va, ¿qué perdés?"; un beso y una despedida, un día que lo lloré entero leyendo Los versos del capitán, sintiéndome la Matilde de alguien; mangas de abrigos que rompí entrando a una casa; yesos, míos y ajenos, rotos en luchas furiosas; ese dolor en el pecho cuando tuve la certeza de que me habían arrebatado algo de las manos pero, sobre todo, de que no había hecho lo suficiente para que eso no suceda; la sensación hermosa de saber que después pude hacerlo y lo hice; las cosas más lindas - y más dolorosas que tuve la oportunidad de escuchar, y no imaginarlas, o suponerlas, o soñarlas...
Hoy me desperté añorando a esa chica que siempre estaba. Y con ganas de hacerla volver más seguido. Antes de que me manden a la mierda. Aunque nunca vaya a pasar, "nunca digas nunca", "siempre existe la posibilidad". Como suelo decirle a la gente.

lunes, 17 de mayo de 2010

Sin palabras.

Autumn Leaves - Eva Cassidy

jueves, 13 de mayo de 2010

Algo anda mal...

...si, teniendo la fotocopia abierta sobre la mesa, logro concentrarme más con el graph de la tele que (en mute) sostiene que "Tarde o temprano, Silvia y Marilyn se van a amigar"; pero en realidad estoy pensando en otra cosa (que nunca es la fotocopia).

Alguien tendrá un poco de "Focusin"???

miércoles, 5 de mayo de 2010

La vuelta.

Últimamente venía arrastrando algo así como cierto sentimiento de "culpa" por no pasar tiempo "lindo" con él.


Así que ayer nos fuimos en bici (él en bici, yo corriendo al lado, con capucha y tarareando el tema de Rocky) hasta la plaza.


Nos subimos a la campana (esa suerte de calesita mezcla de samba), aunque sabía de antemano que siempre me deja mareada y con náuseas.


Pero no sentí nada de eso, ni arriba ni al bajar, o quizás no me di cuenta de que lo sentía, porque quedé embobada, con su cara en frente mío, en esas vueltas nuestras.


Y de yapa, cuando volvimos, me regaló un dibujo. Como si no alcanzara...




viernes, 23 de abril de 2010

Pausa...(¿Pausa?)

Hacía rato que los dos últimos versos venían a mi cabeza como la frase "contá hasta diez". Eran como un contá hasta diez, pero al revés. Y sin embargo, aunque tenían algo de exigencia, de urgencia, de apremio, no encontraba el coraje suficiente para llevarlos a la práctica.
Ahora estoy, puede decirse, transitando la melancolía con el coraje bien puesto. Me reencontré con Sabina y me hice amiga de algunas canciones que antes escuchaba de reoreja.
También me reencontré con esa chica que escapaba si llegaba algún tren. Le hice varias preguntas y con sus respuestas me di cuenta de que habíamos hecho las paces. Agitamos pañuelos, lloramos mares y nos pusimos a andar.
Que si me gusta?
Sólo se que hasta no hace mucho venía apurandome por ir a la par de sueños truncos, de miradas idas hacia donde yo, no tenía lugar. Y un día, decidí bajarme de esa moto que hace rato dejó de viajar. Sin mapas y mucho menos algún tipo de ventaja....Y no me importó, porque quería pasear. Y de una vez, me fui a pasear.


Pausa


De vez en cuando hay que hacer
una pausa

contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana

examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa

y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.

M. Benedetti